31 Days of Druidry
05 Feb 13 - 21:27
Day 11
Vivir el druidismo y la propia identidad
He estado pensando mucho últimamente acerca de lo que significa para mí ser un druida, un título que para mí representa un puente entre lo antiguo y lo nuevo. ¿Cómo da forma a mi vida? ¿Cómo me afecta?
Esto puede parecer una pregunta simple, pero he tenido problemas para comprender ahora por un tiempo. Es como preguntar ¿cómo puede ser que una mujer da forma a mi vida, sino que influye en muchos aspectos de mi ser, que es, a su manera, una parte intrínseca de lo que soy. Me inclino a favor de ver la palabra druida como un título, pero en algunos aspectos vitales que ha dejado de tener el mismo significado para mí o mejor dicho, ha ido más allá de eso y se convierten en parte de lo que soy. Yo soy un druida. Si nunca he hecho otro ritual, si nunca enseñe otra clase, si nunca busqué Imbas, si he cesado toda acción que define la palabra druida para mí, yo seguiría siendo un druida porque las acciones exteriores se han convertido en más que un reflejo de la proceso interno. No sé cuando esto sucedió, ni cómo, pero sé que es verdad.
Así que, ¿cómo puedo sentir que mi vida refleja mi camino religioso? Siento la responsabilidad de conducir para ayudar a aquellos que necesitan ayuda. Yo enseño. Puedo ejecutar rituales. Me preocupo por el mundo en que vivo para que lo seguirá siendo capaz de soportar todos nosotros, reciclando y vivir lo mejor que pueda con la naturaleza. Trato de estar bien informado para que pueda responder a las preguntas que la gente necesita respuestas. Perfeccionar mis habilidades, ya sean mágicos o mundanos, para que pueda usarlas cuando sea necesario. Hago mi mejor esfuerzo para servir a mi comunidad cuando y como pueda. Transmitir lo que se a la personas adecuadas. Yo me esfuerzo, no para vivir en armonía, pero para nutrir la que crea el mejor resultado para mí, mi familia y mi comunidad.
Pero, ¿mis acciones me hacen un druida?
Al ser un druida se es juzgado por otros basados en acciones exteriores, ya sea encajo percepción del individuo de lo que un druida es o no hace. Mis acciones son juzgados como si fueran mis creencias, sin embargo, son sólo un reflejo de mis creencias. Yo no vivo una vida honorable, porque si lo que se espera o para cumplir con una norma, yo vivo una vida honorable, porque sé que es la mejor manera de vivir. Yo sé que todo tiene un espíritu y por eso honro a los espíritus. Sé que la belleza y fiereza, el poder y la inmensidad Divina, y así que ellos honran de palabra y obra. Sé que mis padres están conmigo y aún así que hablar con ellos e incluirlos en mi vida. Sé que el poder y el misterio de los Sidhe y los respeto. Sé que la energía es infinita y por lo que he aprendido a entender la magia como una herramienta y utilizarla cuando lo necesito, cuando digo magia no me refiero a brujeria me refiero a usar lo que se llama Ley de Atracción. Sé que todas las cosas están conectadas y cómo leer esas conexiones en determinadas circunstancias. Conozco los caminos y las formas del Otro Mundo. Soy capaz de leer el cielo, donde yo vivo, y entender los árboles y las plantas. Yo sé que vive una gran sabiduría en las viejas historias y cuentos populares, mitos y leyendas. Escucho y oigo el canto del Sidhe, miro y veo el flujo de energía, sentir el potencial de la vida. Sé que estas cosas estan en mi corazón y en mi mente, y ellos viven en mi espíritu, mis acciones son un reflejo de este conocimiento. Eso es lo que me hace un druida.
Hubo un momento en mi vida en que me comportaba como yo pensaba que un druida debe actuar porque pensé que era lo que hacía a alguien un druida. Ahora entiendo que actúar como un druida y ser un druida son cosas totalmente diferentes. Una se basa únicamente en la acción. El otro tiene sus raíces en el alma.
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