31 Days of Druidry

Day 4

Ser un druida es buscar el equilibrio y la conexión. Podemos hacer esto dentro de nosotros mismos, para conectar nuestra capacidad de sentir con nuestra capacidad para el pensamiento. Cuando nuestras emociones y el trabajo de la razón en armonía, obtenemos una mayor auto-conocimiento y control, mejorando nuestra capacidad para la empatía y la compasión y llevar una vida mejor.

Ser un druida es conocerte a ti mismo, aceptar que no siempre vas a estar cómodo. Mantener el status quo depende de no examinar la insatisfacción, depresión y frustración. Este territorio es completamente subversivo. Tomar conciencia de tus emociones reales y participar con ellas en lugar de suprimirlos, es invitar a los cambios y retos.

Es una decisión que cambia radicalmente de vida. Es la manzana del conocimiento y esto significa que ya no podemos fingir que todo está bien.

Conciencia de sí mismo en el camino druida no se trata de sentirse confuso, en conocernos a nosotros mismos, es inevitable llegar a ser más consciente de todo lo que nos rodea, sensible a nuestras propias respuestas y dedicarse plenamente con todo lo que encontramos. Para ser consciente de sí mismo es estar presente en el mundo, y de interactuar con él. Es frecuentes que no se sienta cómodo. La incomodidad es el precio que pagamos por el conocimiento. El yo no existe de manera aislada. Este viaje hacia la conciencia puede ser un dramático proceso de despertar al mundo tal como es - en toda su asombrosa belleza y la crueldad. Sacrificamos la facilidad de la negación y la ignorancia deliberada. Y al hacerlo, nosotros lo hacemos posible para cambiarnos a nosotros mismos, y todo lo que nos encontramos.

Estamos presentes en el mundo y parte de el, el servicio es intrínseco a nuestra espiritualidad. En cambio nosotros, también estamos tratando de cambiar el mundo, no como una expresión del ego y la auto-importancia, sino como un reconocimiento de que todo está conectado, y todo cambio comienza desde adentro.